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Albergue "Divina Misericordia" Ciudad: Machala, País: Ecuador |
Cuando invitamos a conocer nuestro centro de ayuda, la primera reacción de la gente, antes de frecuentarlo, es de miedo, a veces de pánico o incertidumbre. Esta reacción, un tanto normal, se debe a que han escuchado que es una casa para locos.
A la mayor parte de los pacientes internos los han visto por la calles, sucios, malolientes, agresivos, harapientos, olvidados, hablando siempre incoherencias.
La realidad actual de los pacientes internos en nuestro albergue es otra. En un inicio, presentaban el cuadro descrito, pues, en su gran mayoría, fueron recogidos deambulando en las calles de nuestra ciudad, otros fueron abandonados en nuestro portal y los demás han sido aceptados a petición, ya sea de sus familiares o de instituciones sociales públicas y eclesiales.
La realidad actual de los pacientes internos en nuestro albergue es otra. En un inicio, presentaban el cuadro descrito, pues, en su gran mayoría, fueron recogidos deambulando en las calles de nuestra ciudad, otros fueron abandonados en nuestro portal y los demás han sido aceptados a petición, ya sea de sus familiares o de instituciones sociales públicas y eclesiales.
Nuestros internos llegaron al albergue como personas desamparadas, con problemas mentales, además de otras enfermedades como ceguera, sordomudez, autismo y epilepsia. Existen adicionalmente ancianitos en última etapa de su vida, que no los han aceptado en otros centros de ayuda.
Nuestros pacientes internos |
Gracias al esfuerzo, apoyo y amor de su voluntariado, del escaso personal que labora en forma entusiasta en el albergue y al tratamiento psiquiátrico desinteresado del Doctor Juan Varas, desplegado desde la creación del mismo, se ha logrado que los pacientes tengan en la actualidad una estabilidad física y mental aceptable.
La alimentación sana, la higiene adecuada, el amor prodigado, el tratamiento y la medicación, han permitido que nuestros internos estén estables y en muchos casos, recuperados, listos para ser reinsertados en sus núcleos familiares.
El camino aún es largo por recorrer, y las necesidades son muchas, nos hacen falta recursos económicos para comprar medicamentos, alimentos, vituallas, para el mantenimiento de las instalaciones, pagos del personal de servicio y de profesionales de salud, que redunden en una mejor calidad de vida de nuestros internos.
Nuestro Sueño
Nuestro gran sueño es lograr la construcción de un Hospital psiquiátrico con capacidad para 100 internos. A diario acuden a nuestras puertas, en busca de ayuda, pero lastimosamente nuestra capacidad física, humana y económica es limitada.
¿Cómo será tu visita?
Tu primera impresión será admiración, ya que nuestros internos en gran número salen a recibirte, a saludarte, con los brazos y el corazón abiertos, invitándote a pasar.
Luego te pedirán que los hagas bailar, cantar, jugar y orar ; te contarán acerca de sus problemas, de sus alegrías, les gustará mucho que les cuentes chistes, que los hagas reír, te piden que los abraces, que les regales mimos y caricias, te preguntarán ¿me quieres? y ¿cuánto me quieres?, se harán los chiquitos para que les prestes más atención, te interrogarán sobre tu trabajo, de tu familias; y la pregunta del millón, la que nunca faltará es. ¿Cuándo vas a regresar?
Cuando te despidas, te darás cuenta que las horas han pasado sin sentirlas. Los enfermitos te seguirán en rebaño hasta la puerta, te pedirán que no te vayas; se sentirán tus sinceros amigos, pedirán por ti en sus rezos.
Tú saldrás renovado, con tu conciencia limpia y llena de gozo, con nuevos bríos para enfrentar los abatares del destino, con la pena del adiós y el hasta pronto.
En fin, descubrirás, que tu vida ya no es la misma y que vale la pena vivirla.
Luego te pedirán que los hagas bailar, cantar, jugar y orar ; te contarán acerca de sus problemas, de sus alegrías, les gustará mucho que les cuentes chistes, que los hagas reír, te piden que los abraces, que les regales mimos y caricias, te preguntarán ¿me quieres? y ¿cuánto me quieres?, se harán los chiquitos para que les prestes más atención, te interrogarán sobre tu trabajo, de tu familias; y la pregunta del millón, la que nunca faltará es. ¿Cuándo vas a regresar?
Cuando te despidas, te darás cuenta que las horas han pasado sin sentirlas. Los enfermitos te seguirán en rebaño hasta la puerta, te pedirán que no te vayas; se sentirán tus sinceros amigos, pedirán por ti en sus rezos.
Tú saldrás renovado, con tu conciencia limpia y llena de gozo, con nuevos bríos para enfrentar los abatares del destino, con la pena del adiós y el hasta pronto.
En fin, descubrirás, que tu vida ya no es la misma y que vale la pena vivirla.
¿Qué es el Albergue "Divina Misericordia?
El Albergue “Divina Misericordia” es una casa de amor, abierta a toda persona desinteresada dispuesta a darse de corazón y a servir, la gente que nos visita sabe que pasamos múltiples necesidades, en tal razón siempre están dispuestas a colaborar con el aseo, en faenas de cocina, lavado, higiene de nuestros internos, arreglo mantenimiento de las instalaciones.
Vivimos de la caridad y de las actividades que despliega nuestro voluntariado. Los alimentos y las medicinas la obtenemos por las donaciones de personas caritativas, de grupos de oración y de comunidades que a diario nos visitan. Nos ayudan muchísimo con su generosidad, aunque sabemos que son insuficientes, lo que nos obliga a pedir en los mercados o a personas de gran corazón.
Vivimos de la caridad y de las actividades que despliega nuestro voluntariado. Los alimentos y las medicinas la obtenemos por las donaciones de personas caritativas, de grupos de oración y de comunidades que a diario nos visitan. Nos ayudan muchísimo con su generosidad, aunque sabemos que son insuficientes, lo que nos obliga a pedir en los mercados o a personas de gran corazón.
Por tratarse de enfermitos especiales, constantemente necesitan de cuidados especializados, que obliga a llevarlos a hospitales en busca de su mejoría, muchas veces requieren ser intervenidos quirúrgicamente, lo cual ocasiona gastos onerosos que con gusto cubre la Fundación , pero que nos desfinancian completamente.
Momentos de Pesar
A pesar de los cuidados que les proveemos y de agotar todos los esfuerzos, nuestros internos a veces fallecen...
Su velatorio y entierro es sencillo: su ataúd lo construimos nosotros mismos, con tablas que nos regalan.
Sus compañeros del centro son los únicos acompañantes, quienes a veces no entienden lo ocurrido con su compañero y amigo.
Los que apoyamos este centro nos resignamos, con la satisfacción del deber cumplido, porque estamos seguros de que tenemos un nuevo ángel que desde lo alto estará intercediendo ante el Padre Celestial por nosotros y por esta obra.
El Albergue "Divina Misericordia": Una obra de Dios
Las situaciones difíciles, las penas, angustias, necesidades y sufrimientos que se pasan en este Albergue, hacen que no exista un número mayor de voluntariado comprometido; los que estamos adentro sabemos que esta es una obra de Dios.
Aquí se aprende amar, a tener fe; a dar sin esperar recompensa, a reconocer en los abandonados el rostro de Jesús, a ver y a vivir la vida en forma diferente.
Te llenas de una gran paz que no te puede dar el mundo, aprendes a valorar la vida, los dones que has recibido, el sentido verdadero para el que fuiste creado.
Después de vivir y experimentar esta hermosa realidad, siempre quedará en tu mente esta pregunta ¿Quién realmente está ayudando? ¿Seré yo o serán ellos los que están transformando mi vida?.
La respuesta la encontrarás siempre en la paz que inundará tu ser.
Aquí se aprende amar, a tener fe; a dar sin esperar recompensa, a reconocer en los abandonados el rostro de Jesús, a ver y a vivir la vida en forma diferente.
Te llenas de una gran paz que no te puede dar el mundo, aprendes a valorar la vida, los dones que has recibido, el sentido verdadero para el que fuiste creado.
Después de vivir y experimentar esta hermosa realidad, siempre quedará en tu mente esta pregunta ¿Quién realmente está ayudando? ¿Seré yo o serán ellos los que están transformando mi vida?.
La respuesta la encontrarás siempre en la paz que inundará tu ser.
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